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Azimut Atlantis 50, ágil y majestuoso

Atlantis 50
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La prueba del Azimut Atlantis 50, diseñado por Carlo Galeazzi, se realizó a lo largo de una buena mañana de navegación primaveral en la Bahía de Palma con mar llana y poco viento. El barco se desenvuelve con suave agilidad, a 1.900 rpm mantiene un excelente crucero de 20 nudos y desde el puesto de mando las sensaciones son simples y agradables. Dándole más gas, rápidamente se superan los 25 nudos y se alcanzan los 30 con facilidad. Una buena velocidad para un crucero rápido se sitúa en torno a los 28 nudos, con  algo más de 2.500 rpm, es un buen compromiso entre la velocidad y el consumo de combustible, que por encima de este régimen se dispara. Las maniobras en puerto quedan simplificadas gracias a la hélice de proa, que facilita mucho el siempre engorroso trámite de atracar y desatracar, además el barco dispone de un par de winches eléctricos que ayudad sobremanera a manejar las amarras de popa.

 

A BORDO

El Azimut Atlantis 50 es un elegante crucero deportivo de techo duro, eso sí, practicable, de líneas modernas, moderno diseño y afinada construcción.  En sus algo más de 14 metros de casco el Azimut Atlantis 50 alberga todo un dúplex flotante. Sobre cubierta y en el interior de la luminosa caseta se sitúa, a estribor, el amplio puesto de mando, con asiento doble, timonera, mandos de los motores y completísimo salpicadero donde se sitúan los controles de los motores y los equipos de navegación. Azimut Atlantis 50 control Tras él, un aparador y en la banda de babor el clásico comedor con sofá en U que se convierte en litera doble con facilidad, complementado por un mueble con botellero opuesto a la timonera. La caseta goza de gran luminosidad, gracias a los ventanales laterales, el enorme parabrisas y las puestas de cristal de la popa, además del gran techo solar que, además, puede abrirse mediante un dispositivo eléctrico.La distribución bajo cubierta, varía según las opciones que ofrece el astillero, de dos cámaras o de dos cámaras y un camarote. En ambos casos encontramos  un distribuidor, con la cocina adosada a la banda de babor, amplia y totalmente equipada, dando acceso a la cámara del propietario, que ocupa toda la manga a popa y dispone de amplios armarios, un sofá auxiliar y un escritorio multifunción, perfectamente compatible con el uso de tocador,  además de su propio cuarto de baño. En la proa una segunda cámara, también dotada de una gran litera doble y armario, cuenta con acceso directo al segundo cuarto de baño, al que también se puede acceder desde el distribuidor. En la versión de dos cámaras de este Azimut, la cocina es más amplia y completa mientras que en el costado de estribor aparece un segundo comedor, también susceptible de ser convertido en litera doble. El espacio de este segundo comedor se convierte en un camarote de literas superpuestas en la otra versión. Los interiores son muy luminosos  gracias, sobre todo, a las ventanas laterales. La decoración es moderna, liviana y funcional a base de paneles blancos, tapizados también blancos y maderas claras.


LA CUBIERTA

El tránsito fundamental para un barco de estas características, que es el que conduce de la plataforma de baño al interior, resulta cómodo y perfectamente practicable, con dos corredores que rodean el garaje del auxiliar. Un par de escalones separan la amplia plataforma de baño de la bañera de popa que dispone de la correspondiente escalera de baño y ducha de agua dulce. Uno de los más logrados detalles de diseño del Azimut Atlantis 50 se encuentra en la multitud de usos que se consigue dar al techo del garaje del tender. Realizando unos mínimos cambios, puede servir como amplio solarium en diferentes configuraciones, enorme cama para sestear en cubierta, sofá en forma de U y parte del comedor de aire libre, todo ello simplemente cambiando la posición de un ingenioso respaldo – almohada y montando o desmontando unas colchonetas. Sendos pasillos laterales, perfectamente protegidos por balcones de acero inoxidable, comunican con la proa, donde se encuentra el tradicional solárium colocado sobre el techo de la caseta. Ya más a proa el pozo de anclas, con su molinete eléctrico y los elementos de amarre, pasacabos y cornamusas, todo ello convenientemente protegido por el correspondiente balcón rígido. Todas las superficies horizontales de cubierta del Azimut Atlantis 50 están impecablemente forradas de teca.

 

PRUEBA DEL AZIMUT ATLANTIS 50 EN LA BAHÍA DE PALMA

Azimut Atlantis 50 solariumComo en casi todos los barcos planeadores a motor que he probado, y ya vienen siendo unos pocos, el asiento del piloto no se encuentra situado a una altura cómoda para poder pilotar en muchas de las condiciones de navegación, quizás esta sea una cuestión sin solución posible. Afortunadamente existe suficiente espacio para timonear de pie, posición en la que se tiene una mejor visión de conjunto, a pesar de montante de estribor que sostiene el techo de la caseta, como ocurre en todas las timoneras interiores. La mar en la Bahía de Palma se  encuentra en perfectas condiciones para navegar a motor: poco viento y muy poca ola, a pesar de esto, en algún momento y a marcha moderada, al cruzar la estela de otro barco, salta algún roción, cosa que a mayor velocidad seguro que no ocurre. Desde parados el barco alcanza la velocidad de planeo en pocos segundos a pesar de no forzar los motores al máximo, y rápidamente nos situamos a 20 nudos, velocidad cómoda y económica, más que suficiente para cualquier navegación. A esta velocidad el barco se maneja con asombrosa facilidad, responde suavemente a cualquier orden y pasa las olas con total soltura. Como todavía nos queda mucho gas que dar a los poderosos motores, seguimos incrementado el ritmo hasta superar los 30 nudos. Las sensaciones siguen siendo muy positivas: el barco navega suavemente a pesar de la buena marcha, no pantoquea, ni siquiera cuando cruzamos alguna estela y maniobra con toda precisión y seguridad, incluso en giros pronunciados. No hemos tenido la oportunidad de probar el barco en condiciones de mar más complicada pero nos quedamos con los elogiosos comentarios del capitán que trajo el barco desde la Liguria italiana atravesando el Golfo de León a 28 nudos y con bastante mar, cosa que suele ser de lo más normal en este peculiar rincón geográfico.

 

Fuente: “Boats.com España“.

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