El Azimut 43 ofrece un aprovechadísimo fly

El Azimut 43 es un acertado crucero con enormes posibilidades de vida exterior e interior, gracias a un aprovechadísimo fly, una despejada pero flexible bañera y unos espacios con prácticas soluciones de vanguardia. Stefano Righini en el concepto exterior y Carlo Galeazzi en los interiores, junto con el departamento de diseño del proprio astillero, han sabido sacar un aprovechamiento máximo a sus 43 pies de eslora, semejando una unidad mayor. El Azimut 43 es el resultado de una profunda industrialización en el proceso productivo, con incorporación de mayor tecnología e innovación ligaos a una calidad final superior en el producto.

La prueba del Azimut 43 en Port Vell, Cataluña: el día fue gris y con niebla, pero navegar con un barco de estas particularidades apetece incluso cuando el clima falla. Fuera de la bocana el mar se presentó plano, casi en calma, sobre un ligero mar de fondo. Así era casi imposible que el barco nos decepcionar y establecimos unos valores máximos de velocidad absolutos, es decir, sin el efecto perjudicial de un estado de mar diferente y que penaliza las posibilidades de la embarcación. Nuestro ritmo de crucero en esta situación encalmada fue case el de la velocidad máxima, que establecimos en 29,3 nudos a 2.900 vueltas y utilizando los flaps. La comodidad en el puesto de gobierno del Azimut 43 es absoluta, tanto en el interior como en el exterior. Los mandos electrónicos facilitan el manejo y la maniobra, con una sensibilidad adecuada. En los giros no debemos esperar una agilidad y respuestas inmediatas, pues la filosofía y el concepto del Azimut 43 permiten la navegación rápida pero no los excesos en maniobrabilidad. La virada del Azimut 43 es asimismo paulatina, muy cómoda y suave que requiere su tiempo y espacio.

Una pasarela central permite un fácil embarque. Si la altura del muelle no lo permite, podemos utilizare la plataforma de baño para tal fin. Será también la utilizada para los momentos de baño o de disfrutar de la bañera, que permite ser utilizada como una pequeña pero suficiente playa particular. La bañera queda totalmente despejada y, por tanto, es muy amplia, La estiba ha cobrado una gran importancia en la misma. Como elemento sorpresivo y original en el Azimut 43 encontramos una mesa de teca que fuera de uso queda perfectamente abatida contra la parte baja del asiento. La bañera queda elegantemente forrada en teca. Hacia proa los pasillos son suficientemente anchos y salvaguardados por un alto candelero y por la posibilidad de afirmar nuestro paso con el perfil del parabrisas del flybridge, a modo de pasamanos. La cubierta es clásica y el fly es posiblemente el elemento más destacado del exterior del Azimut 43, con una explotación absoluta de su gran superficie. Eso se traduce en un gran solárium al lado del piloto que tiene continuidad hacia popa en forma de gran asiento en U, frene a la correspondiente dinette, para ofrecer el mejor mirador a la tripulación.

El amplio salón del Azimut 43 da idea a primera vista del concepto que se ha querido aplicar una clara huida de la sobrecarga y concentración de mobiliario y elementos. La cocina del Azimut 43 tiene enormes posibilidades, armarios altos y bajos permiten disponer de una interesante despensa y espacio de almacenamiento. Hacia proa encontramos tres puertas. La primera, en estribor, da paso a la cabina de invitados, que dispone de dos camas, zona inicial de vestidor, armario ropero y portillo lateral de ventilación. Una puerta desde este camarote permite accederé al aseo común, con otra puerta desde el pasillo. La tercera puerta comunica con el camarote del armador y dispone de cama central, guanteras laterales, dos grandes armarios roperos, varios altos que siguen el perfil del caso y espacio de estiba bajo el colchón. El aseo es idéntico al común, pero con un único y exclusivo acceso desde esta cabina principal.

Fuente: “Nautibarcos“.